lunes, 30 de abril de 2012

Una reacción: la emoción


"Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento prácticamente nadie afirma poder entenderla" (Wenger, Jones y Jones, 1962, pg. 3). 

La psicología de la emoción es una de las áreas de la psicología en la que existe un mayor número de modelos teóricos, pero quizás también un conocimiento menos preciso. Posiblemente sea debido a que se trata, por las propias características del objeto de estudio, de un campo difícil de investigar,  en el que los estudios sistemáticos son recientes y quizá hasta hace unas décadas mucho más escasos que en cualquier otro proceso psicológico, al tiempo que la metodología utilizada es, si cabe, mucho más variada y diversa. 




En la exposición de los aspectos conceptuales de la motivación vamos a seguir la 
misma lógica que en lo que se refiere a la motivación, esto es, centrarnos en las 
variables principales que están incidiendo sobre la emoción y relacionar en ese contexto las aportaciones teóricas y experimentales de diferentes autores. 
Habitualmente se entiende por emoción  una experiencia multidimensional con al 
menos tres sistemas de respuesta: cognitivo/subjetivo; conductual/expresivo y 
fisiológico/adaptativo. Este planteamiento coincide con el modelo tridimensional de la  ansiedad propuesto por Lang (1968). Para entender la emoción es conveniente atender a estas tres dimensiones por las que se manifiesta, teniendo en cuenta que, al igual que en el caso de la ansiedad, suele aparecer desincronía entre los tres sistemas de respuesta. 
Además, cada una de estas dimensiones puede adquirir especial relevancia en una 
emoción en concreto, en una persona en particular, o ante una situación determinada. En muchas ocasiones, las diferencias entre los distintos modelos teóricos de la emoción se deben únicamente al papel que otorgan a cada una de las dimensiones que hemos mencionado.

Cualquier proceso psicológico conlleva una experiencia emocional de mayor o 
menor intensidad y de diferente cualidad. Podemos convenir que la reacción emocional (de diversa cualidad y magnitud) es algo omnipresente a todo proceso psicológico. 
Desde el advenimiento de la psicología científica ha habido sucesivos intentos por 
analizar la emoción en sus componentes principales que permitieran tanto su 
clasificación, como la distinción entre las mismas. Quizá la más conocida sea la de 
teoría tridimensional del sentimiento de Wundt (1896), que defiende que éstos se 
pueden analizar en función de tres dimensiones: agrado-desagrado; tensión-relajación y excitación-calma. Cada una de las emociones puede entenderse como una combinación específica de las dimensiones que hemos mencionado. 
A partir del planteamiento de Wundt se  han propuesto diferentes dimensiones que caracterizarían las emociones (Schlosberg, 1954; Engen, Levy y Schlosberg, 1958). No obstante, las únicas que son aceptadas por prácticamente todos los autores y que además son ortogonales son la dimensión  agrado-desagrado y la  intensidad de la reacción emocional (Zajonc, 1980), si bien atendiendo únicamente a éstas no puede establecerse una clasificación exahustiva y excluyente de todas las reacciones afectivas, puesto que emociones como la ira o el odio pueden ser desagradables e intensas y no se trata del mismo tipo de emoción. 
Es difícil, entonces, lograr una clasificación exahustiva de todas las emociones 
posibles en base a dimensiones independientes. No obstante, la dimensión  agradodesagrado sería exclusiva y característica de las emociones, de forma que todas reacciones afectivas se comprometerían en dicha dimensión en alguna medida. Esta dimensión alguedónica de placer-displacer sería la característica definitoria de la emoción respecto a cualquier otro proceso psicológico. De forma similar, Oatley (1992) señala que lo realmente definitorio y diferenciador de las emociones es la disposición para la acción y la "cualidad fenomenológica". Así, una emoción podría definirse como una experiencia afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta: 
cognitivo-subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo.


Por Mariano Choliz.


2 comentarios:

  1. Pon la fuente de ese texto que es Mariano Choliz de la U de Valencia.No lo veo en tu blog.

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  2. Un fallo lo tiene cualquiera D:
    De todas formas, ¡¡gracias por decírmelo!!

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